SEGURIDAD

Esta información está sacada de un manual sobre la práctica responsable del barranquismo...

EL DESCENSO RESPONSABLE


El descenso de barrancos es una actividad física, emocionante y divertida, pero también es peligrosa. La adopción de conducta responsable no es incompatible con el disfrute. Resulta obvio que en aquellos obstáculos sin mayores riesgos, por ejemplo badinas limpias, de aguas transparentes y tranquilas, las conductas pueden ser semejantes a las que se manifiestan en una piscina, pero sin olvidar el lugar donde se hallan. Estas conductas deberán atenuarse progresivamente a medida que las dificultades representen un mayor compromiso.

Durante el viaje al aparcamiento, se deberían realizar las llamadas oportunas para poner en marcha el sistema de alerta (atención a la cobertura de telefonía). Es el momento de indicar también cualquier variación en los planes iniciales

En la medida de las posibilidades y circunstancias, el grupo debe tratar de respetar los planes y horarios previstos.

En todo grupo debería haber al menos dos expertos, uno iniciando y otro concluyendo las maniobras. Así, el primero que desciende tiene la responsabilidad de inspeccionar las dificultades de los obstáculos, que no haya piedras ocultas o movimientos de agua peligrosos, que las cuerdas lleguen al pie, que no se encuentren atrapadas, enredadas o con nudos. El último debe asegurarse que no se olvida material alguno y que las cuerdas queden en la mejor disposición para ser recuperadas desde abajo.

Medidas de seguridad



Durante el descenso se recomiendan observar, al menos, las siguientes medidas de seguridad:
  • Cada individuo debe comprometerse a mantener una conducta prudente que no ponga en peligro su seguridad personal ni la del resto del grupo. Respetar el grado de experiencia.
  • Revisar el estado del material. Asignar la distribución del material colectivo y los roles de los componentes.
  • Establecer un código de signos o señales a utilizar allí donde la voz no resulte eficaz; o seguir algunos ya establecidos.
  • Justo antes de abandonar los vehículos, comprobar que no se olvida el material necesario.
  • Evaluar el estado de las condiciones meteorológicas, el caudal y su compromiso antes de entrar definitivamente en el barranco. Repetirlo antes de entrar en un tramo encajonado. Saber renunciar a tiempo.
  • Revisar el estado de cada anclaje antes de utilizarlo. Controlar los nudos, la longitud de las cuerdas y su estado.
  • No saltar, ni lanzarse por un tobogán sin asegurarse previamente que la recepción no comporta ningún riesgo.
  • Noincitar o estimular a los compañeros a realizar maniobras fuera de su nivel de destreza y control. En todo caso, ayudar y dar confianza, sin mayores comentarios.
  • No perder el contacto visual directo con los compañeros, especialmente durante la realización de una maniobra que entrañe peligro, en cascadas o en movimientos de aguas turbulentos. Permanecer en alerta para intervenir.
  • Adoptar las medidas de prevención que exija la ejecución de cada maniobra y utilizar adecuadamente el material.
  • No parar mucho tiempo sin motivo, especialmente si la temperatura del agua o del aire es fría. Hacerlo, al menos, en zonas expuestas al sol.
  • Alimentarse durante el descenso, especialmente, si éste es largo y exigente, y rehidratarse, sobre todo, si hace calor. 
  • No dejar rastros de nuestro paso el barranco (basura, daños ostensibles al medio...).
Una vez finalizado el descenso es conveniente hacer, cuanto antes, las llamadas telefónicas oportunas para informar de que la actividad ha concluido sin mayores consecuencias.